Eres, para mi, un tesoro,
a la que quiero y adoro,
sin cesar.
Con una bella estructura,
de ilusión y de ternura,
para amar.
Tan bella, como una rosa,
diligente y vaporosa,
al andar.
Que transmite simpatía,
ingenuidad y alegría,
al respirar.
Dulce y espiritual,
como un halo celestial,
al volar.
Con gracejo, femenino,
increible, genuino,
al hablar.
Te envidian hasta las flores,
por tus radiante olores,
al regar.
Aún, me faltan sutilezas,
para alabar tus destrezas,
y avalar.
Solo se, que eres un cielo,
mi cariño y mi consuelo,
a la par.
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