viernes, 2 de diciembre de 2016

Adiós.

Cuando te diga adiós,
no te enfades, se valiente,
tu y yo, iremos en pos,
de otro amor, mas consecuente.
Mas informal, mas entero,
digamos, menos decente,
mas sustancial, mas sincero
y, también, mas transparente.
Fue débil,  nuestra pasión,
nuestro mutuo entendimiento,
y casi una devoción,
en cada y cualquier momento.
Tan puros quisimos ser,
que respetamos al cielo
y a la luna, a mi entender.
Eran visiones de celo.
Incluso, las ilusiones,
debían dividirse en una;
muchas eran perversiones,
Nos quedamos sin ninguna.
Las reglas, eran concisas,
ni mas, ni menos cabían,
solamente, las precisas,
entre todas las que habían.
Demasiado doctorado,
para cualquier ocasión;
casi todo, era pecado,
hasta nuestra diversión.
Soy pura, pero, no tonta,
amo el orden  y el amor,
no vale un tanto por ciento,
lo importante, es lo mejor.
Por consiguiente, cariño,
te amaré en la lejanía,
y a ese proceder me ciño:
¡Vuelve, sin tanta manía!


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