martes, 3 de enero de 2017

El sol.

Cuando el sol llama a tu puerta,
se aminoran tus lamentos,
y, a tu fuero interno, alerta,
de entrañables sentimientos.
Símbolo de admiración,
que recibes, día, a día,
y te llena de ilusión,
para seguir por tu vía.
Es un regalo, divino,
que te concede la vida,
al despertar, matutino,
que aceptas, agradecida.
Esperando otra mañana,
con el mismo sentimiento,
y con idéntica gana,
de alegrar tu pensamiento.

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