miércoles, 11 de enero de 2017

En la playa.

Aquella tarde, serena,
recostada en la arena,
de la playa, junto al mar,
con la luna, al despertar,
me sentí adormilada
ligeramente, cansada,
me puse a recordar,
otro día, muy similar,
donde las olas, besaban,
las rocas, que acariciaban,
con un plácido murmullo,
llenas de candor y orgullo.
Ese murmullo, constante,
altamente relajante,
recrearon mis oídos,
de tonos desconocidos,
que redundaron en sueño,
entrecortado, hogareño,
al amparo de la luna,
plácida como ninguna.
Los reflejos matutinos,
como relojes divinos,
iluminaron mi frente,
y desperté, de repente.
Larga noche, si, muy larga,
pero, el recuerdo me embarga,
de un placer desconocido,
que, jamás, había sentido.

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