¿Por qué el tiempo corre tanto,
sin, apenas, darme cuenta?
Será mucho, no sé cuanto,
pero, a mí, me impacienta,
la mente, la inteligencia,
la prisa, cada momento,
incluso, la transigencia.
Debo aceptar y lo acepto,
porque es regla de vida,
es un natural concepto,
de la dicha perseguida.
Hay que seguir esperando,
que el tiempo quiera parar,
y se detenga, ¿mas cuando?
¡No lo puedo adivinar!
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