Cuando el sol se levanta, él se acuesta,
hábito reprobable acostumbrado,
entre sombras y luces amparado,
inmerso en el camino que apuesta.
No quiero convertirlo en una encuesta,
porque, a mi parecer, es reservado,
histérico quizás, desenfadado
y mi mente, por eso lo detesta.
Es un camino opuesto al corriente,
difícil de encajarlo y aprobar.
Solo puedo decir que es deprimente.
Que, a mi juicio, se debe detestar.
Un principio que reprueba la gente,
y no es una buena forma de actuar.
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