En el juego de la vida,
hay que saber apostar
y estar siempre dividida
entre el perder o el ganar.
Hay un riesgo, ciertamente,
que tienes que controlar,
pues perder, es lo corriente
en todo juego de azar.
Por consiguiente, debemos
no hacer caso a la codicia.
En mente, lo repudiemos
y olvidemos la avaricia.
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