Muy pronto, empezamos a querernos,
con ese amor platónico, de brillo
y enfrentados a un trágico ovillo,
mas tarde, dejaríamos de vernos
Ese ovillo llegó a entorpecernos,
tanto, que nuestro andar no fue sencillo.
Largos años duró el desovillo,
y nosotros, sin poder defendernos.
El silencio, solo fue nuestro amigo,
pero nunca dejamos de amarnos
y el tiempo se añadía al sumo y sigo.
Nos vimos tarde, ya sin esperarnos,
pero tanto tardó, como antes digo,
que no llegó a tiempo de casarnos.
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