viernes, 12 de abril de 2019

Encuentro.

El otro día tropecé
con un amigo entrañable,
muy anciano lo encontré,
de aspecto desagradable.
En él viera mi retrato,
pero no quise creerlo,
lo reconocí en el acto
y me empeciné en no verlo.
Sentí una especie de miedo
que con él me comparara,
aunque no faltó ni un dedo
poniéndonos cara a cara.
Estoy tan acostumbrada
a no mirarme al espejo,
que me parecí osada
al no encontrar ni un reflejo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario