Eres la flor de la vida,
por tu impecable belleza,
por tu honor y entereza,
entre todas, la elegida.
Con una innata fragancia
imposible de igualar,
aunque se intente imitar,
tú redoblas la elegancia.
Pero lo mas importante
es tu talento, tu mente
y tu sonrisa frecuente,
eso si es interesante.
Como el junco, te cimbreas
y como nadie te mueves,
te comportas como debes
y de nada alardeas.
En vez de recibir, das
porque eres dadivosa,
aparte de cariñosa,
moviéndote al compás.
Tu recato y dignidad,
en silencio, los pregonas
y la maldad la sancionas,
con tu gran sinceridad.
Como un ángel en la tierra,
te mueves, sencillamente,
como muy poquita gente,
la mayoría, la yerra.
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