Amiga de mis amigos,
entre ellos me confundo,
incluso con enemigos,
mis consejos los defiendo.
Debemos ser consecuentes
con todos en general,
no obviarás inconvenientes,
cabemos en un dedal.
En vez de oponer ayuda,
a conjuntar decisiones,
pudiera ser que la duda,
se convirtiera en razones.
La terquedad deteriora
nuestro interior y conciencia,
por consiguiente, aminora
el sabor de la decencia.
Dicen que la ancianidad
recogió sabiduría
y la vida, a mi edad,
algo, también, me daría.
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