Me encuentro jovial, dichosa,
con ánimos de encontrar
un camino color rosa,
que me haga remontar.
Un día mal, otro mejor
y éste hay que mejorarlo,
en todo mi alrededor,
para, después, disfrutarlo.
Es óbice en mi destino,
largo pero halagüeño,
que en este enorme camino,
se disloque como un sueño.
Hoy, el tiempo no me pesa,
al contrario, me alucina
ver que los años me dejan
en esta espera anodina.
Por tanto, me gustaría
llegar hasta centenaria,
porque, para mí, sería
pasar la protocolaria.
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