martes, 16 de junio de 2020

Buena lid.

La satisfacción, merece
un cariño inaudito,
mas o menos, pertenece
al vocablo infinito.
Así estoy de satisfecha,
he llegado a conjugar
una rima, que está hecha,
con cierta forma de hablar.
La que ayer le hice a David,
el peque de mis bisnietos,
que me hizo revivir
el mayor de mis respetos.
El que, a voces, recité
y, al momento, recibí
un aplauso, que gocé,
¡que alegría, pobre de mí!
Me salió del corazón,
del que puedo alardear
de una enorme devoción,
que se explaya para amar.
Si hago feliz a los míos,
yo, también, seré feliz;
lo hago con muchos bríos,
los que lidera la lid.

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