Ya encontré mi camino,
sin pedir nada a la vida,
me dio tanto en mi destino,
que me siento enriquecida.
Le pedía demasiado,
unas cosas me las dio,
en tono acompasado
y otras muchas, las negó.
Lo normal, lo corriente,
mas muchos años de vida,
lo demás es consecuente
de una estampa dividida.
Entre muchas ambiciones
y fracasos manifiestos,
un sinfín de concepciones
entre los consentimientos.
Todos están aceptados,
sea con risas o lamentos,
en señal de compensados
entre los consentimientos.
Gracias por tu esplendidez,
que ha sido muy generosa
y ahora más, en mi vejez,
porque me siento gozosa.
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