¡Vaya cala!

Hoy, que el cielo parpadea,
echaré la vista atrás,
será en cala Llevadó
y su, tan grata, odisea.
Años ha, la visitaba,
era mi cala adorada,
tanto que me alucinaba
aquella tierra dorada.
Allí, gocé a mansalva,
en mis años juveniles,
platónicamente amaba,
contando los días a miles.
El baño, era un juego
de risas, de chapuzones,
enarbolando mi ego,
sin medida, sin razones.
¡Cuanta alegría, cuanto amor,
sin saber, se motivaba,
era como edad en flor,
que nunca se marchitaba.
Fue, simplemente, un amor,
idílico, que, gozamos
con un excelente olor,
que jamás lo olvidamos