La londra, busca su nido
en la cercanía del mar,
donde le ha apetecido
su necesidad de hogar.
Su vuelo, majestuoso,
compendia nuestro placer
al paisaje que, es hermoso,
es un cuadro para ver.
Cuando penetra en el mar,
su chapoteo es gracioso,
que acondiciona, a la mar,
con las alas que dan gozo.
Soy de la playa un amor,
igual que del sol lo fui,
aunque éste me enfermó,
"tanto y tanto, lo seguí"
Siempre tuve como espejo
al mar y su resplandor
y mi espíritu lo dejo,
con él y su alrededor.
Su recuerdo me emociona,
¡tano ha que no lo veo!
mi estado me condiciona,
mas es un lindo deseo.
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