Mi ordenador es tan viejo
quizá, como la dueña,
es, simplemente, un espejo
distinto al que se sueña.
Ya está muy dañado,
no hay quien lo ponga en forma,
mi ilusión se ha acabado,
mi mente no se conforma.
Tendré que pedir ayuda,
para ver que debo hacer,
deseo que alguien acuda,
para seguir con mi hacer.
Que no es otro que rimar,
necesito este deber
que se debe acelerar,
no es un lujo, es un placer.
De todas formas, mi rima,
quisiera seguir con ella,
lo único que me prima,
es que, quizás, sea amena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario