La lluvia de las tormentas,
las aguas de los deshielos,
regularmente violentas,
ante el tronar de los cielos,
a las ramblas se dirigen,
encauzadas hacia el mar,
como principio y origen,
de agudo precipitar.
Normalmente, inesperadas,
causan dolores intensos,
a gentes inusitadas.
Los estragos, son inmensos.
Fenómeno natural,
de belleza incalculable,
aunque, de efecto fatal,
totalmente deplorable.
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