Solo una vez, oí silbar al viento.
Su furia, sin respeto, me azotó,
no pude sujetarme, me envolvió.
Una extraña experiencia, en un momento.
Si la tuve guardada, hoy, la cuento,
porque, notablemente, me afectó,
la osadía que, el viento, me ofreció.
Lo que quise llamar, un gran evento.
Aunque mal lo pasé, muy angustiada,
vi el gran poder de la naturaleza,
que me dejó atónita, admirada.
Espectáculo, de enorme dureza,
del que parte formé, anonadada,
pero estampa real, de gran belleza.
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