Si miramos al pasado,
vivencias, que han terminado,
ahí están,
en sus estancos, guardadas,
aunque no bien ordenadas,
pero, van,
surgiendo, en ciertos momentos,
acongojados, contentos,
para ver,
alguna escena, de antaño,
de gran amor, o de engaño,
de otro ser,
que enamoró nuestra alma,
con estrategia, o calma,
a la vez.
El promotor de la vida,
que nuestra mente no olvida,
a la vejez..
El que, ayer, marcó mi sino
y, hoy, en mi largo camino,
marcaré,
el futuro, que me espera,
si esta escabrosa era,
lo prevé.
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