Quimera.

Si supieras, mi amor, cuanto te extraño,

como suspiro, en la lejanía,

que tenerte a mi lado, bien valdría,

un mundo, interior, de desengaño..

Hasta el viento, si sopla, me hace daño,

y la luna, no brilla, cual querría.

Se  oscurece mi monotonía,

como envuelta, en un oscuro paño.

Te necesito tanto, que  no vivo,

en el  mundo, ideal que elegiría

si, en otro, que, ahora, no concibo.

No ignoras, que, contigo, viviría,

en el cielo, o bajo de un olivo.

Si es contigo, no m importaría.

Sueños.

Cuando veas, que el sol se está apagando,
y a la luna, besando a la mar,
empezaremos, los dos, a recordar,
los días que estuvimos navegando.

Por parajes, exóticos, gozando,
de la naturaleza, sin cesar.
para, incluso, al ocaso, dormitar,
al brillo de la luna, contemplando.

Aquellos idílicos momentos,
no se podrán, en vano, superar,
con sosiego, sin prisas, ni lamentos.

Episodios, difícil de olvidar,
uno, quizás. dividido entre cientos.
únicos en la vida,.. para amar.

Jovencita.

Tú ignoras, querida mía,
la esencia de la maldad.
En tu interior, no cabía,
mas que tu enorme bondad.
Pero, hoy, desgraciadamente,
con ella, has tropezado,
un símbolo eminente,
del dolor, que te ha causado.
Ahora, con tu experiencia,
sabrás obrar con la mente,
llena de clarividencia,
que reconoce la gente.
No seas tan benefactora;
primero, aprende el por qué;
si no, tú serás deudora,
del párrafo "no lo sé".

A mi hija.

Si me dices sí, te quiero.
Si me dices no, también.
Como es lógico, prefiero,
el primero del vaivén.
Sé, que con tus negativas,
me ayudarás, igualmente,
en mis flojas perspectivas,
que dilataría mi mente.
Tu apoyo, lo necesito,
para obrar en consecuencia.
Dudo y la duda excita,
y perturba la paciencia,
Sin ti, ¿que sería de mí?,
porque eres mi lucero,
y, solo a ti, te elegí.
¡Para mí, eres lo primero.!    

Pesadilla.

Por haberme despertado,
te doy merecidas gracias.
Por poco, me hubiera ahogado,
haciendo mis acrobacias,
luchando contra los peces,
que ayudaban mi quebranto,
enormemente, con creces;
por eso, me asusté tanto.
Si no me llamas, me hundo,
en mi pesadilla amarga,
por mi sueño, tan profundo,
que, a cualquiera, lo embarga.

Para la Dra. Valiente.

Hoy, me atrevo a glosarla
Después de año, tras año,
que no he sabido ensalzarla,
por cuidar de su "rebaño".

Siempre, se ha manifestado,
como médico, ejemplar,
y, en mí, lo ha demostrado,
de aspecto particular.

Gracias, por ser como es,
por haberme rescatado,
en un principio, y un después,
de aquel ictus, desgraciado.

Valor.

Ser valiente, o no lo ser,
es como el día, o la noche.
Hay, quien cumple su deber,
con audacia y sin reproche.
Esos son, los valerosos,
los capaces de ayudar,
en trámites escabrosos.
sin ánimos de brillar.
Su bien hacer, su osadía,
a veces, heroicidad,
explosiva, en su valía,
y su grata humanidad.  

Día.

Un día y otro, mantengo,
variadas ilusiones,
según donde voy y vengo,
de pesar, o bendiciones.

Hoy, me ha tocado brindar,
con un placer infinito,
por un bebé, al iniciar,
su camino, "indescrito"

A mi bisnieto, Mateo.

Hoy, el día, me ha sorprendido,
con un nuevo, nacimiento,
un bisnieto, que ha sido,
buscado en todo momento.
Es muy lindo, muy hermoso,
sumamente, bendecido,
por su entorno amoroso,
encantado, agradecido.
Con otras tres, en acción,
sumaremos un cuarteto,
de cuarta generación.
¡Un número...muy discreto.

El mar.

El mar, tiene tanto encanto,
que mi vista se recrea,
en su misterioso manto,
que, tan azul, lo rodea.
Siento una paz, infinita,
con su continuo vaivén,
que a relajarme, me invita,
y a contemplarlo, también.
Las olas, con su blancura,
sinónimo de pureza,
extasían, con su dulzura,
y su, exquisita, belleza.
Cuando llegan a la arena,
su flujo, mas bien, decrece,
poniéndonos en escena,
el amor que les ofrece.
Y, cuando sale la luna,
rojiza, besando al mar,
no habrá otra visión; ninguna,
que se pueda comparar.

Lotería.

En el mundo, nos movemos,
todos, con ansias de ser,
poderosos y creemos,
en la suerte y el poder.
Un móvil, la lotería,
la que nos ha de encumbrar,
y apostamos, a porfía,
con deseos de alcanzar,
un rango, que nos motive,
a vivir sin trabajar,
y sortear, inclusive,
la manera de encauzar,
diversiones y alicientes:
lo único para gozar,
pero, somos inconscientes,
en la forma de actuar.
La verdad, es el trabajo,
en labrarnos un camino,
con estudio y sortear,
con fuerza, nuestro destino.
Será nuestra lotería,
un sistema de ahorrar,
en lo que se desconfía,
y es muy difícil lograr.

Corazón desierto.

Sufrir, es no tener suerte,
porque te sientes atado,
a un dolor tremendo, fuerte,
y vives acongojado.
Es imposible acudir,
a alguien que te socorra,
en tu ínfimo vivir,
para que a ayudarte, corra.
Ese intrinsico dolor,
de sentirse no querido,
en el ámbito de amor,
es, simplemente, temido.
No es agradable vivir,
aunque estés entre algodones,
y, mucho menos, seguir,
solo en estas condiciones:
cuidado en lo persona,
,pero, el corazón desierto,
a un mimo sentimental,
que debiera estar, abierto.

Añoranza.

¡Que triste Semana Santa,
en mi ambigua soledad!
Tanto silencio, me espanta
y siento necesidad,
de vivir en compañía,
con mi familia, a la par,
como, antes, sucedía.
Hoy, solo, quiero soñar.
La nostalgia, me domina,
lo mismo que la esperanza,
porque mi alma alucina,
de amor y de añoranza.

Suspiro.

Los momentos mas intensos,
son, cuando el alma suspira,
tan pobres, e indefensos,
que nuestra mente, delira.

¿Será un beso, que se queja
de no encontrar otro beso,
 y el suspiro lo refleja,
agobiado, como un preso?

Felicidad.

No sufras, niña bonita:
estas aprendiendo a amar,
y ese estado, te suscita,
armonía, para soñar.

No te abrume ese rubor,
en tus mejillas, constante,
es símbolo del amor,
que te susurra, el amante.

Hay una tal inconsciencia,
de esta grata novedad.
Simplemente, es la ciencia,
de eterna felicidad.

Bueno...malo.

Sé, muy bien, que estoy aquí,
a estas costumbres, atada
y, también, que estuve allí,
en mi niñez, elevada,
a un cúmulo de venturas,
que me abrieron a la vida,
y entrañables conjeturas,
que mi alma, no olvida.
Viví, entre algodones,
ni arrugas, me rozaron,
sujeta a bendiciones,
que, para mí, las guardaron.
Todo, era tranquilidad,
envuelta en soplo divino,
donde hallé felicidad,
para encauzar mi destino.
Mas tarde, sola, aprendí,
lo que era maldad y bondad.
Una y otra, compartí,
yo creo, mitad, por mitad.

Obsceno.

Aumenta la obscenidad
El carácter, se ha volcado,
en cierta ambigüedad,
que está fuera de mi agrado.
Un lenguaje habitual,
de extraños significados,
de entorno desigual,
y menos dignificados.
¿Donde está el vocabulario
señor, difícil de oír?
Ahora, es mas ordinario,
en su forma de esgrimir.
Estoy presa, en el ayer
y, aún, no he avanzado.
En esta forma de hacer,
no me he costumbrado.

Destino.

Hay que aprender a vivir,
según nos mande el destino,
sin llorar, ni sonreir,
hasta encontrar el camino.

Que nos alegre, o nos dañe,
nuestro propio sentimiento,
y, alguno, nos acompañe,
según lo dirija el viento

En ambos casos, seguir,
con entusiasmo, el deber
sin sumar, ni dividir,
en uno u otro quehacer.

Ensalzada.

Hoy, me siento abrumada,
de piropos, de atenciones.
Estoy, muy agasajada,
y, yo creo, que sin razones.

Siento, mas que gratitud,
por la forma de admirarme.
Exacerbáis mi virtud,
con honor, para ensalzarme.

Quiero ser, como pensáis,
pero, en verdad, no lo soy.
Es mucho lo que me dais.
y a merecérmelo, voy.

Ensalzada.

Hoy, me siento abrumada,
de piropos, de atenciones.
Estoy, muy agasajada,
y, yo creo, que sin razones.

Siento, mas que gratitud,
por la forma de admirarme.
Exacerbáis mi virtud,
con honor, para ensalzarme.

Quiero ser, como pensáis,
pero, en verdad, no lo soy.
Es mucho lo que me dais.
y a merecérmelo, voy.

Ensalzada.

Hoy, me siento abrumada,
de piropos, de atenciones.
Estoy, muy agasajada,
y, yo creo, que sin razones.

Siento, mas que gratitud,
por la forma de admirarme.
Exacerbáis mi virtud,
con honor, para ensalzarme.

Quiero ser, como pensáis,
pero, en verdad, no lo soy.
Es mucho lo que me dáis.
y a merecérmelo, voy

Ensalzada.

Hoy, me siento abrumada,
de piropos, de atenciones.
Estoy, muy agasajada,
y, yo creo, que sin razones.

Siento, mas que gratitud,
por la forma de admirarme.
Exacerbáis mi virtud,
con honor, para ensalzarme.

Quiero ser, como pensáis,
pero, en verdad, no lo soy.
Es mucho lo que me dáis.
y a merecérmelo voy

Ensalzada.

Hoy, me siento abrumada,
de piropos, de atenciones.
Estoy, muy agasajada,
y, yo creo, que sin razones.

Siento, mas que gratitud,
por la forma de admirarme.
Exacerbáis mi virtud,
con honor, para ensalzarme.

Quiero ser, como pensáis,

Ensalzada.

Hoy, me siento abrumada,
de piropos, de atenciones.
Estoy, muy agasajada,
y, yo creo, que sin razones.

Siento, mas que gratitud,
por la forma de admirarme.
Exacerbáis mi virtud,
con honor, para ensalzarme.

Quiero ser, como pensáis

Ensalzada.

Hoy, me siento abrumada,
de piropos, de atenciones.
Estoy, muy agasajada,
y, yo creo, que sin razones.

Siento, mas que gratitud,
por la forma de admirarme.
Exacervais mi virtud,
con honor, ñpara

Anomalía.

Circunstancias naturales,
por lo visto, a mi edad,
para mi, no son  normales,
y reclaman mi piedad.
Son secuelas, relativas,
a un ictus, que me venció,
totalmente, positivas,
en cuanto a lo que ocurrió.
Debo de seguir viviendo,
con la normal deficiencia,
y continuar haciendo,
exámenes de paciencia.
Que son: esperar buscando,
palabras necesitadas,
para seguir encontrando,
expresiones adecuadas.

"Dandy"

Era, de"dandy", tu aspecto,
en tu andanza, tu trayecto.
Bien peinado y aseado;
presumido redomado.
Encajado en el perfil,
y destacado, entre mil,
en los saraos, en los clubes,
número uno, en los pubes.
Eras, el rey del ambiente,
por tu hacer inteligente.
Y, sin embargo, hoy día,
eres terco.a porfía.
Estás plantado, al revés,
del antes y del después.
Tanto, que has abandonado,
tu elegancia, en primer grado.
Eres, todo lo contrario,
en apariencia, a diario,
pero, creo, que más feliz,
reprochando aquel desliz.
Ahora, vives en presencia,
de tu deber, en conciencia,
sin presumir de extremismo,
en base, a tu espejismo.
Te incorporas, a otra vida,
mas  normal y comedida..

Responsabilidad.

Así, como en el tiempo, nos movemos,
nuestra vida interior, nuestro destino,
dependerá, también, de nuestro sino,
contando el ambiente en que nacemos.

Son fuerzas, intangibles, que tenemos,
dependientes de un soplo divino,
intransferible, tal vez, anodino,
que marcarán los temas que tratemos.

No olvidemos nuestra capacidad,
en terreno, externo, ampliable,
originario de la mentalidad.

Sabemos, por inercia, lo probable,
y lo prohibido, en la realidad.
¡Hagamos nuestra andanza, responsable!

Cielo azul.

Cuando el azul del cielo, se oscurece,
mi candor, también, se debilita.
Hay un algo, interior, que me incita,
a blindar la oscuridad, que crece.

Tan negro resultado, obedece,
a una oscuridad, que me irrita.
Yo, prefiero esa luz, infinita,
que alumbra mi vida, y la esclarece.

Necesito, contemplar la belleza,
única diversión, en mi andadura,
digno placer de la naturaleza..

Miedo me da, la oscuridad, futura,
que deteriorará mi fortaleza.
¡Hoy, quiero disfrutarla, con holgura!

Pesadilla.

Tuve una pesadilla,
que me enfrentó con el mar.
No fue una maravilla,
sino deseos de escapar:
Nadaba, precipitada,
huyendo de una ballena,
esperando su condena,
enormemente, angustiada,
Casi, casi, me rozaba,
acercándome a su boca.
Yo, llorando como loca,
con fuerza, la rechazaba.
Fueron tristes los momentos,
de su acoso y mi huida,
tanto, que me vi perdida,
pero, después, como en cuentos,
apareció una sirena,
de enorme emvergadura,
y de radiante hermosura,
que se apiadó de mi pena.
Como en volandas, me asió,
con su cola embravecida,
y, a mí, muy comedida,
en la arena, me dejó.
Desperté de mi letargo,
muy triste, despavorida,
pero muy reconocida,
a ese favor, tan amargo.

Ausencia.

Aún, recuerdo tu perfil,
tu estilo, tu elegancia,
tu encanto, en abundancia,
y tus donaires, a mil.
Fueron tantos los detalles,
que recibiera, en tu hogar,
muy dignos de enarbolar,
en el ambiente  y sus valles.
Años ah, que no nos vemos,
pero, yo, no he olvidado,
lo que nos ha acercado:
la idoneidad que tenemos.
Yo, en España, y tú, en Suiza,
olvidamos la distancia,
solo la preponderancia,
es la que nos moviliza.,
a oírnos, asiduamente,
para no perder contactos,
y explayando nuestros actos,
unimos nuestro presente.