No sufras, niña bonita:
estas aprendiendo a amar,
y ese estado, te suscita,
armonía, para soñar.
No te abrume ese rubor,
en tus mejillas, constante,
es símbolo del amor,
que te susurra, el amante.
Hay una tal inconsciencia,
de esta grata novedad.
Simplemente, es la ciencia,
de eterna felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario