Así, como en el tiempo, nos movemos,
nuestra vida interior, nuestro destino,
dependerá, también, de nuestro sino,
contando el ambiente en que nacemos.
Son fuerzas, intangibles, que tenemos,
dependientes de un soplo divino,
intransferible, tal vez, anodino,
que marcarán los temas que tratemos.
No olvidemos nuestra capacidad,
en terreno, externo, ampliable,
originario de la mentalidad.
Sabemos, por inercia, lo probable,
y lo prohibido, en la realidad.
¡Hagamos nuestra andanza, responsable!
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