jueves, 31 de agosto de 2017

Un antes y un después.

En mi vida, muchas veces
desprecié las diversiones
por mis deberes, con creces,
perdiendo las ilusiones.
Lo primordial para mí,
eran mis hijos, mi hogar
y, en consecuencia, perdí
esos juegos del azar.
Feliz me desenvolvía
con su cariño y bondad,
con ellos, ¿que mas quería?
Tenía la felicidad.
Hoy ya, que sola vivo,
me gustaría disfrutar
de lo que había perdido
y es tarde  para buscar.
Los años minimizaron
músculos para empujar
y tampoco agilizaron
mi mente, al meditar.

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