sábado, 14 de octubre de 2017

Juez moral.

Tantas horas en silencio,
me mueven a meditar
como un raro privilegio
que me obliga a analizar.
Demasiado en conciencia,
por mi espíritu sensible,
que arrebata mi paciencia,
de manera incomprensible.
Entro en una oscuridad
que empuja mis sentimientos
a una negatividad,
de etéreos remordimientos.
Peco en rigurosidad
de actos y complementos,
que derivan en piedad
de algunos comportamientos,
realizados torpemente,
que debía haber evitado.
Soy un juez muy exigente
con mi misma, exagerado.

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