Somos lo que merecemos,
lo que hayamos labrado,
por consiguiente, entendemos
como nos hayan juzgado.
No en hablar, sino en hacer
serán nuestras dos premisas,
para después entender
las conclusiones precisas.
Hay que ser muy consecuentes
con la pena o absolución
de nuestros actos frecuentes,
con óptima decisión.
Y quien quiere extravertir
una cosa por la otra,
no sabría distinguir,
la que es a favor, o en contra.
La conciencia es prioritaria
en cualquier conocimiento,
no debe ser arbitraria
en su propio sentimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario