Piensa que no te has portado
de entera satisfacción,
en el honor y el pecado,
incluso con tu dicción.
Te has mostrado displicente
y absurda en tu comprensión,
eres del mal inconsciente
y del bien, aberración.
Prefieres multiplicar
los defectos por maldad
y en las culpas, inyectar
aguijón sin caridad.
Al revés vas caminando,
sumando en vez de restar
y con orgullo mostrando
lo que debías condenar.
¿Te has mirado en el espejo
para mostrar tu retrato?
Quizás él te de un consejo
para variar tu trato.
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