Me enamoré sin saber
de un gallardo jovencito,
que estaba de muy bien ver,
pero era "tartajosito".
Que difícil escucharlo
en tono repetitivo
y después minimizarlo
en sentido positivo.
Este ambiente me produjo,
a mi edad, también temprana,
una sensación de embrujo
que duró una semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario