Al músculo corazón
y también a sus latidos,
le asignamos el amor,
más o menos, encendido.
Y si deprisa latiera,
sería una confirmación
que enamorado estuviera
de extremada elevación.
Otras veces es el alma,
completamente intangible,
el que nos marca la calma
o el amor, que es invisible.
Alma y corazón son vida
para nuestro subconsciente,
démosles la bienvenida,
de manera inteligente.
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