El día que te conocí,
nacieron todas las flores,
cuando tú viniste a mí
sonrosaron mis colores.
Palabras no hicieron falta,
me miraste encandilado,
con la mirada muy alta,
pero dulce a mi lado,
que me dejó admirada
de tus ojos verdes claros
y de tu ardiente mirada,
con el fulgor de los faros.
Todo surgió de la nada,
solo nosotros unimos
nuestras almas con el hada
del amor, del que unjumos.
Biosis en largos años,
digamos de enorma altura,
con excelentes escaños
de amor y de ventura.
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