Encauzar.

Entendemos al contrario
si sabemos escucharlo,
sin tregua y a diario,
con la idea de renovarlo.
Sin titubeos, intentemos,
con un diálogo claro,
que entienda lo qu ofrecemos,
porque creemos que es sano.
Que olviden los chillidos,
no se oye más, sino menos
y que sean más comedidos
con el ruido que tenemos.
No son buenas las orgías
porque hieren los sentidos,
escojamos otras vías,
de todos los preferidos.
Abrámosles la tendencia,
para que aprendan a usarla,
sería una mejor vivencia
que es fácil de controlarla.
No hay que darles rienda suelta,
han de obrar en consecuencia
y que sepan darles vuelta
al valor de la conciencia.