Soy exigente conmigo
en todas las circunstancias,
demasiado me castigo
por endebles relevancias.
Cualquier palabra la cuido
con la idea de no ofender,
por ser fiel a lo que digo
y ese es mi mayor placer.
Así siempre me mantengo
feliz por mi proceder;
muchas amigas tengo
que alaban mi parecer.
Tampoco me desmerecen
por mi actual procedencia,
al contrario, me enaltecen,
tan solo, por mi presencia.
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