Que alegría al despertar
con mis bisnietos encima¡
es algo para alegrar,
no para que llore y gima.
Pocas veces se produce
un placer tan innegable
y esto, a mí, me conduce
a estar, hoy, formidable.
Este choque de edades
tan sutil e inesperado,
digno de felicidades
que jamás fuera igualado.
Saqué fuerzas de flaqueza
para estar en consonancia
con esta enorme grandeza
que raya con la arrogancia.
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