Los años me desentrenan
en multitud de factores
y, sin querer, me condenan
a otros tantos detractores,
que se evadir, en conciencia,
todavía por mi cerebro,
que rige, con eficiencia
y este placer lo celebro.
Soy la reina de mi casa
y elijo las consecuencias
del rigor que en él se basa,
en honor de preferencias.
y fuerte en el terreno
que aún puedo enfocar,
con el ánimo sereno,
lo que se pueda labrar.
Todavía me toca a mí
resolver pagos y bancos,
que aún quiero presidir;
soy como una de tantos.
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