viernes, 11 de octubre de 2019

Remedio.

Sumamos y ni restamos
improperios a la vida
que de injusta la tratamos,
sin curación concedida.
No hay remedio para nada,
todo está enmarañado,
la guerra está encauzada
y el trauma desconcertado.
Debemos ser positivos
y ver el mundo al revés,
en principio constructivo
y, luego, habrá un después.
Somos siempre prioritarios
de lo malo y lo peor,
un lema originario
de desbordar lo mejor.
"Todo llega y todo acaba"
este es un sabio consejo,
la paciencia es la que labra
la labor, como un espejo.
En esto, soy positiva
y creo la normalidad,
que vuelve a ser constructiva.
¿Hay que vivir con piedad!

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