Hay un cielo y una tierra,
que nos alegra la vida,
el que no los ama, yerra.
El cielo, nos ofrece luz,
la que nos abre los ojos,
si no, sería una cruz
de oscuridad y rastrojos-
Un colorido especial
aparte de lluvia, nieve,
como oferta natural,
mas copiosa o mas leve.
La venida de la luna,
que a todos hace soñar,
siempre será oportuna
imposible de olvidar.
Su atardecer, es precioso,
su colorido lo mismo,
uno se siente orgulloso
de su gran protagonismo.
La tierra, lo mas sagrado
que nos permite habitarla,
sin ella, no habría labrada,
ni flores para cuidarla.
Y un etcétera, abundante,
de elogios para alegrarla.
amémosla, en adelante,
e, incluso, alabarla.
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