Los hijos somos reflejo
de los padres, en acción.
nos movemos en su espejo,
con muchísima ilusión.
Me parezco a mi padre.
por su manera de hacer,
mis hermanos, a mi madre,
en belleza, al parecer.
Pero, lo mas importante
es como nos han criado,
en un ambiente constante
de cariño redomado.
De obediencia y de respeto,
no obligatoriamente,
sino copiando el aspecto
de su ambiente, de su mente.
Traviesos, sí que lo fuimos
pero dentro de un estado
agradable que tuvimos
pero, siempre, ordenado.
Reinó la felicidad
que, entre todos, la labramos,
por la extrema claridad
que, entre todos, amasamos.
No hubo palabras soeces,
ni siquiera, altisonantes,
jamás supe de reveses
ni de causas disonantes.
Nuestra niñez, fue perfecta,
en todo y cualquier sentido,
toda ella fue una fiesta,
que no pasará al olvido.
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