¿Sabemos, o ignoramos?
Creo que estoy equivocada,
la verdad es que olvidamos,
si no estoy enajenada.
Esforzarse es imposible,
no sale cuando se quiere
y, a veces, irremisible,
porque jamás te deviene.
Al cabo de poco rato
de haber desayunado,
no te queda ni el olfato
ignoras lo que has tomado.
Olvidos intermitentes
que te acosan a diario,
bien sola, o ante las gentes,
es, sin querer, ordinario.
Es normal a esta edad,
pero siempre te impresiona
la nueva modalidad,
que tanto te desazona.
Sin embargo, las poesías,
que, tiempo ha, aprendiste,
ahora las recitarías,
al momento, sin despiste.
Vivir tanto, es un elogio,
que se nos da, sin pedirlo,
es, en realidad, un acoplo
de años para vivirlo.
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