viernes, 22 de enero de 2021

En palacio.

 Dicen, que había una bruja
en palaciegos reinados,
que rozando una burbuja,
los dejaba encadenados.
Lo hizo con la princesita,
hija de un rey caudaloso
tan dulce, tan exquisita,
enterrándola en un foso.
Toda la guardia real
se movió para buscarla,
como caso habitual
y no pudieron hallarla.
Todo el pueblo la buscó,
llorando desconsolados
y la tragedia llegó
hacia remotos condados.
Hasta que un príncipe, apuesto,
con valor, la rescató,
muy osado, bien dispuesto,
al, fin, la desencantó.
Se prendó de su belleza
y logró enamorarla,
y así, toda la nobleza,
aceptó recompensarla,
con joyas maravillosas
y alardes de simpatía,
las rosas, maravillosas,
se apresaron aquel día.
Fue muy sonada la boda,
en diferentes reinados,
todos, con su propia moda,
fueron muy agasajados.
Y el pueblo salió a la calle,
vitoreando la escena
y, en aquel precioso valle,
nadie se quedó sin cena.

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