Me vacunaron ayer
contra el virus contagioso;
sería por segunda vez
que lo atrapara, ocioso.
Soy del virus muy amiga
y ellos, siempre, me visitan
esta vez, creo no, consiga
lo que siempre solicitan.
Me siento en plena forma,
procurando orillarlo,
parece que ya mi horma
será para abandonarlo.
No creía en mi fortaleza,
estoy mas débil que antes,
sin embargo, mi entereza
da signos mas concordantes.
Lo resistí en mi infancia,
con enormes requisitos
y ahora me queda constancia
de que no son exquisitos.
Sabían ya, por experiencia,
que conmigo no podrían
y, ahora, por decencia,
han hecho lo que debían.
No hay comentarios:
Publicar un comentario