Siempre, la vida ofrece
mas de lo que esperamos
y, sin embargo, parece
que poca cosa le damos,
Tan solo el amanecer,
con su luz y resplandor,
nos beneficia, al ver
un plato de buen sabor,
Siquiera el mar, el cielo
y un complejo de visiones,
que serán nuestro consuelo
cuando surjan las tensiones.
Me maravilla explicar
que todo es para todos,
no hay por qué mendigar,
se nos da de todos modos.
Esa gran be benevolencia,
es única, no habrá otra,
ni el ego, ni la conciencia,
ese sabor nos comporta.
La ilusión que nos ampara,
se me da hace mucho tiempo
y, ahora, me dejará
ese lujo, ese contento.
Admiro el propio ambiente,
que antes no lo valoraba,
ahora, si soy consciente
del tanto amor que nos daba.
Que nos daba y que nos da,
muy antes, estuve ausente
de lo que tan alto está
y hoy, es santo del presente.
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