viernes, 7 de noviembre de 2014

Imponderables.

Me detengo en un punto de mi vida,
importante, que cuenta en mi pasado,
relativo a una dicha, perdida,
de un periodo, totalmente cerrado.
Empezó, con la fuerza arrolladora
de las olas, soplando un huracán.
Los recuerdos, son tan claros, ahora,
porque, en mi mente, muy marcados están.
Zozobré, con mi barca, navegando
por el mundo, que todos habitamos.
Después de largas horas ir remando,
sin quererlo, quizá, nos encontramos.
Tan fatigada estaba de remar,
que cuando tú me diste, gentilmente,
tu mano , queriéndome ayudar,
lo agradecí, exorbitadamente.
Tanto, que, desde entonces, no pensé
mas que pagar la deuda que contraje,
aquel día. Luego, me percaté
de que nos uniría el mismo lenguaje.
Mi vida, junto a ti, fue una delicia,
olvidé, por completo, mis pesares.
Se transformó mi atmósfera, ficticia
y navegué por diferentes mares.
Por los del bienestar y la ilusión
Se estableció un claro antagonismo,
por esta, tan rotunda oposición
Por los del bienestar  y la ilusión
Se estableció un claro antagonismo,
por esta, tan rotunda oposición
y mi antiguo vivir, ya no fue el mismo.
De un infierno, a un cielo así pasé.
Era feliz, me sentía realizada.
Los traumas y los llantos olvidé,
para pasar a una vida ordenada.
Y así pasaron años, casi seis,
sumida en un ambiente extraordinario.
Espero, que con ésto, imaginéis,
mi bienestar y mi antiguo calvario.
Como todo es efímero en la vida
y lo nuestro no fue una excepción,
una circunstancia indefinida,
sin preverlo, hizo su aparición.
No intento designar algún culpable,
ni mi mente quiero martirizar,
llamemos, simplemente, imponderable
lo ocurrido, que nos hizo acabar.
No mediaron palabras ni reproches.
Fue tan extraña esta separación,
que me llenó de insomnio, muchas noches,
hasta aceptar nuestra renunciación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario