domingo, 2 de noviembre de 2014

Angustia.

Me ahogo, de angustia y de pena.
Me siento desfallecer, por momentos.
En el aire, una música resuena,
cargada de dolor y de lamentos.
Mi vida, tan solitaria y vacía,
exenta, por entero, de aliciente,
transcurre, tristemente, por la vía
del desamor, en estado creciente.
No vislumbro el futuro cercano,
diferente, un poco positivo,
ni siquiera, se me tiende una mano,
que me arranque del estado en que vivo.
Es insano, nefasto para el alma,
agresivo, perverso, demoliente.
Me arrebata la salud y la calma
y me envuelve el pesar, constantemente.
¿Por qué no me libero de este estado?
¿Acaso, me merezco la que soy?
¿Quizá, habré cometido algún pecado
y, por eso, estoy en donde estoy?

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