Yo dudo y en la duda estoy metida,
me acongojo por este estado mío,
quiero rectificar, en la medida
de mis fuerzas y, en ello, pongo brío.
Ya conseguí lo que nunca pensara:
dejar de lado el móvil de mis penas,
renovar el sentir que me abrumara
y que fluya la sangre por mis venas.
La vida, es entusiasmo, es ilusión.
Por un tiempo, creí que estaba muerta,
no tenía ni motivos, ni razón,
para subir por su empinada cuesta.
Hoy, me siento con ganas de vivir,
de recobrar mis ánimos perdidos,
quiero, en suma, poder llorar, reir...
y volver a mis tiempos, tan queridos.
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