El jazmín.

Tengo un jazmín, andaluz,
de un blanco esplendoroso,
con una radiante luz,
deslumbrante, primoroso.
Su olor, es tan penetrante
por las noches, que trasmina,
a todas horas, constante
y la luna lo ilumina.
Me encantan todas las flores,
a ninguna he excluido.
Ellas expanden olores,
mas él es mi preferido.
Las rosas son deslumbrantes,
sea cual sea su colorido.
Los claveles, impactantes,
igual que siempre lo han sido.
Y un etcétera, abundante,
que, con reverencia, admiro,
pero hoy, en este instante,
es al jazmín a quien miro.

Obtusa.

A ti, ahora, mis versos te dedico,
porque quiero expresarte lo que siento.
No se si lograré lo que te indico,
pero no lo sabré si no lo intento.
¿Qué me mueve hacia ti, yo me pregunto?
¿Por qué me siento bien, si estoy contigo?
Lo voy a analizar, punto por punto,
para enterarme bien de lo que digo.
Después de haber entrado en reflexión,
no he sabido acarar mis sentimientos.
¡Delicada parece la cuestión!
Quizá, hacen falta mas razonamientos.

Cualidad.

Me dices, muchas veces, que no quieres
tus hondos sentimientos descubrir,
quizá porque, en el fondo, tu prefieres
que no salgan, del todo, a relucir.
Porque te sientes ridiculizado
si exteriorizas tu motivación
y consideras que estando callado
no puede confundirse tu intención.
Rehuyes tener que manifestarte
abiertamente, con toda claridad,
por miedo no sepan interpretarte,
porque ignoras que es  una cualidad.

A un ser querido.

En un rincón, oriundo
de mi Andalucía hermosa,
en verano, llegó al mundo
una niñita preciosa.
Creció, siempre, saludable,
querida por mucha gente,
en un hogar envidiable,
lleno de amor el ambiente.
A discernir aprendió
el mal del bien, claramente,
así, ella se realizó
y vivió muy felizmente.
Le enseñaron, con dulzura,
a ser digna, a ser honesta,
que el  mal produce amargura
y la virtud nada cuesta.
Tan bien esto le enseñaron,
una tras otra lección,
que, como hierro, grabaron
la bondad en su corazón.
Con gran naturalidad,
a todos favorecía
y su natural bondad,
sin saber, la repartía.
La maldad no concebía,
pues, como bien aprendió,
pecar más le costaría
y el buen camino eligió.

Gratitud.

Quisiera reivindicar
mi gratitud a la vida,
que, a veces, tuve escondida,
sin siquiera valorar.
Me ha dado seguridad,
en diferentes versiones,
para limar situaciones,
con esfuerzo y voluntad.
Con esmero, me ha dotado
de cierta sabiduría,
para enfocar, día a día,
los reveses en mi estado.
Tengo amigos, mucho amor,
suficiente educación,
para, en cualquier ocasión,
compartir risa y dolor.
Ha sabido mantenerme
en el honor, la honradez,
siempre, hasta la vejez
y, de ello, enorgullecerme.
Dios ha querido premiarme,
con tantas y tantas cosas,
agradables, amorosas,
para, así, no preocuparme.
Sería injusto no aprobar
esa vida que he llevado,
que tanto me ha regalado
y que debo de alabar.

Reir.

Intentemos reir, mientras podamos,
siempre que el corazón este contento,
mientras el llanto no nuble los ojos,
siempre que estén contentos.

Cuando hagan por ti lo que deseas,
sin tener que pedirlo con palabras,
solamente, porque leen en tus ojos
una simple plegaria.

Siempre que, con placer, haces entrega
de un algo, que atesoras con amor
y agradecen tu forma de entregarlo,
con todo el corazón.

Cuando sientas que, con una caricia,
haces feliz a la persona amada,
que vibra, que se siente agradecida,
aunque siga callada.

Si enmudeces en la contemplación
de un bello atardecer, lleno de calma
y ves como se llena de ternura
toda tu alma.

Si ves que tu presencia es acogida
con agrado, con caras sonrientes
y te sientes querida y respetada,
entre todas las gentes.

Y si, rememorando tu pasado,
tu pensamiento queda retenido
en un pasaje que feliz viviste,
con un ser muy querido.

En resumidas cuentas, si procuras
ser fiel a los demás y a tu sentir,
intentando orillar lo negativo,
podrás reir.

Delirar.

Estando en la templanza, yo deliro,
suavemente, en silencio profundo
y de sueños preciosos abundo.
En solo unos instantes, doy un giro.

Sumida en el letargo, no suspiro,
me hallo en otro sistema, en otro mundo,
mas cercano y estable, mas fecundo,
hasta que, brevemente, ya respiro.

Inerte en movimientos, sosegada,
miro al cielo de distinta forma,
no hay tinieblas, hay luz en mi mirada.

Todo está ajustado a mi horma:
 El alma está serena, alucinada
y un espacio entrañable, me transforma.

Nube pasajera.

Envuelta en una nube pasajera,
supe vagar por ignotos parajes.
Extenso recorrido en mis viajes,
en la hermosa estación de primavera.

Mi cuerpo alado, en la quimera
de extraños elementos y engranajes,
cubierto de inmejorables encajes,
me arropaban, fuera a donde fuera.

El espacio y el viento me abrumaban,
como lo hicieron árboles gigantes,
que con sus largas ramas, me rozaban.

El color de las flores, reflectantes,
con sus vivoes colorea, me cegaban.
Todo acabó en breves instantes.

A mi hermana.

Hoy, quisiera expresarte, llanamente,
lo que tu significas para mi.
Te pretendo decir, sinceramente,
lo que estoy intentando transcribir:
Que, aparte de los lazos fraternales,
por los cuales estoy unida a ti,
eres tu, de entre todos los mortales,
la que mas y mejor me ha hecho reir.
Tu carácter es dulce y reposado,
cubierto de un matiz de fortaleza,
entre todos, quizá, el mas abnegado
y el que está rebosante de entereza.
El ambiente que siempre te rodea,
está repleto de afabilidad,
estando donde estés y sea cual sea,
se respira una gran cordialidad.
"Devuelve bien por mal", ese es tu lema,
el que bien aprendiste en tu niñez
y que siempre aplicaste a cualquier tema
y el que ligado está a tu madurez.

A un amigo.

Quisiera reflejar en estos versos,
tu interior y tu forma de pensar,
haciéndolos sencillos, poco extensos,
que es la mejor manera de glosar.
Muy difícil resulta entrometerse
en el fondo de una cuestión ajena,
que casi nunca llega a esclarecerse
y, la verdad, esto me causa pena.
Y quisiera leer, como en un libro,
tu forma de sentir y reaccionar
y, solo al intentarlo, sufro y vibro
y me siento angustiosa al empezar.
Intuyo que eres noble, que eres bueno
y que puedes preciarte de cabal
y, por eso, en esta tregua, espero,
que te portes como un hombre formal.
También, creo que estás enamorado
y eso debe moverte a reflexión.
Si, en ello, tu palabra has empeñado,
ya no puede caber la indecisión.
El amor esta exento de egoísmo
y es donde tú tienes la mirada,
no se piensa, tan solo, en uno mismo,
lo que importa es la persona amada.
Es por eso, que yo voy a pedirte,
que seas fiel a tu forma de sentir,
pues, llegó la hora de definirte.
¡Deja de titubeos y aprende a hacer feliz!

Dudas.

Hoy, es día trascendental para mi.
Habrás estado, quizás, agasajado.
pero, aún así, yo creo, habrás pensado
en otros años pasados junto a mí.
Acaso, habrás creído que yo los olvidé
y habrás sentido pena por mi olvido,
pero, lo cierto es que no he sabido
borrar aquella fecha que grabé.
Ignoras mi manera de vivir,
dudas si te recuerdo o te he olvidado,
pero tu corazón, acongojado,
yo sé que no se cansa se sufrir.
Sufres por tu perfidia, tu traición,
tu conciencia no te reporta calma.
Vives como si no tuvieras alma
y estás sumido en una vil ficción.

La edad.

Los años van restando movilidad
a los pasitos lentos, en el andar.
Es privado correr, solo el vagar
se te presenta oscuro, sin libertad.

Acompañada siempre, en soledad,
sin deseos de moverse, ni actuar.
Todo está convenido, sin desdoblar
las ansias y temores de ancianidad.

Nos movemos en puro costumbrismo.
Hay que seguir el ritmo de la mente,
que ha variado, ya no es el mismo.

De esa permuta, no se es consciente,
es desolada, puro espejismo,
en nuestro entorno y nuestro ambiente.

Especular.

Aunque parezca mentira
y creamos imposible,
en amor, todo es factible,
si ese sentir nos inspira.
Es difícil que se sienta,
de manera natural
y, la verdad, no es igual
que se sienta o no se sienta.
Si no se siente, se busca,
si lo buscas y lo encuentras,
has abierto ya la puertas
de ese sentir que te ofusca.
Es absurdo y sin razón,
que,  cuando ya se ha encontrado,
se inhiba el enamorado
y retenga la pasión.
Si es difícil, de verdad,
sentir un amor profundo,
que nos lleve, en este mundo,
a una gran felicidad,
no se comprende, por tanto,
que desprecies ese amor,
por miedo, por resquemor
y te portes como un santo.
Es pecado especular
con el amor, sin sentirlo
y, si llegas a vivirlo,
es pecado renunciar.
Que los prejuicios abrumen,
sin poderlo remediar,
es lo que se ha de evitar
y procurar que se esfumen.

Silogismo.

Si lo que sé, lo recuerdo
y lo que no sé, comprendo,
el tiempo no estoy perdiendo,
simplemente, estoy cuerdo.
Esta máxima no vale
para cualquier ocasión,
no es, siquiera, una invención,
que de nuestra mente sale.
Es un puro silogismo,
que nos invita a crear
nuestra forma de pensar,
que reproduce uno mismo.

Zozobra.

Cuando me siento cansada,
me siento empequeñecida,
desolada,
desvalida.
Sin ánimo para nada,
cual si estuviese vencida.
apagada,
deprimida.
Mi faz, se muestra apenada,
mi mirada muy perdida,
incontrolada,
dormida.
Mi alma, desalentada,
se debate deprimida,
desmayada,
deslucida.
Y pide, exige, enervada,
un nuevo soplo de vida,
desesperada,
rendida.
Unos instantes callada,
no parece que respira,
relaja,
introvertida.
Nuevamente despejada,
la zozobra reducida,
descansada,
revivida.

Día feliz.

Ayer, fui gratificada.
en calidad superior,
con agrado, visitada,
con un excelente honor,
por mi hija, mi bisnieta,
una niña excepcional
y su mamá, que es mi nieta.
entorno sensacional.
Cada día no puedo verlas,
viven en otra ciudad
y me ilusiona tenerlas,
para curar mi ansiedad.
Me dejan un buen sabor,
como una dulce inyección
de mimos, fuerza y calor.
Es una bella ocasión,
para sentirme dichosa,
que la guardo, la almaceno,
como el olor de la rosa.
Fue un día muy ameno.
Solo me alienta el amor,
es mi vicio preferido,
de cuantos hay, el mejor,
el más sano y divertido.
            *****

Saber vivir.

No es fácil saber vivir,
para una u otra edad,
cual sea la mentalidad
de la persona a elegir.
De joven, se sobreponen
conceptos poco amasados,
que exageran los marcados,
entonen, o no entonen.
El pensamiento es precario,
por la falta de experiencia.
Su interés es la docencia
y el "pretendiente", a diario,
que le roba el corazón
y, ante todo, se impone
su entender y no dispone
de permisos y ocasión.
Su libertad, no es completa
y duda qué debe hacer,
consulta otro parecer
y se siente indiscreta.
No tiene seguridad
para hacer, o definir
lo que debe decidir.
De ahí, su imparcialidad.
Cuando la edad va avanzando,
se adquieren mas compromisos,
ineludibles, concisos,
que debes ir acatando
y se pierden ocasiones
de asueto, en la diversión
e impera la decisión
de atender obligaciones.
Y, en la ancianidad,
desprecias las ocasiones,
por las muchas congestiones
que se suman, por la edad.

Traición.

Ya descubrí lo que tenía ignorado,
ya se, con gran certeza, tu traición,
pues, aparte de mi haberte alejado,
destruiste, por siempre, mi ilusión.
En el mismo lugar que tantos días,
nos amamos, nos hicimos promesas,
unas veces henchidas de alegría
y otras veces llorando nuestras penas,
te he visto en otros brazos reposar,
he visto vuestras bocas muy unidas.
Conteniendo mis ansias de gritar,
ha llorado mi alma, entristecida.
Aquella imagen tuya que guardaba
y aquel recuerdo dulce de tu amor,
tan solo en un instante, se trocaba,
en todo lo mas negro, en repulsión.
Todo mi ser vibró de de desencanto,
una tormenta, en mi, se desataba
y con gran emoción, llena de espanto,
tu imagen, para siempre, yo arrancaba.

Recetas.

Quisiera, por encima, analizar,
lo que es la vida, sus múltiples facetas,
mas, dudo que llegara a asimilar,
técnicamente hablando, sus recetas.
En unas, nos prescriben la moral,
en otras, la justicia nos imponen
y así, si enumeramos su total,
en suma, de virtudes se componen.
Y es porque la teoría es maravillosa
y la práctica, una cruda realidad.
Si mezclamos la una y otra cosa,
la pócima no es la felicidad.
Porque,  precisamente, esta palabra
es barajada por todos con anhelo,
aunque, siempre, ligada está a un después
y este después, se cubre con un velo.  

Amor puro.

Quise amar como te amé
y no pude conseguirlo,
aunque mucho lo intenté,
ya dejé de perseguirlo.
Fue un amor tan verdadero,
tan puro, tan candoroso,
espontaneo y sincero,
llamémosle, tan hermoso,
que no puede repetirse,
porque como lo si todo,
lo que pudiera pedirse.
es imposible, a mi modo,
escarbar, si ya no existe
aquella loca pasión
en los labios que bebiste,
cuando tu y yo, a la sazón,
vivimos tan bella historia,
por tan bella, irrepetible,
muy fresca en mi memoria.
Lo eras todo para mí.
A tu lado, me sentía
tan feliz, que no entendí
por que te ausentaste un día.
¿Por que Dios llamó a tu puerta
y te arrancó de mi vida?
Desde entonces, vivo muerta,
sin ilusiones, perdida.

Gracias a la vida.

Si lo que supe, supiera,
me daría por satisfecha,
eso es lo que yo quisiera,
ahora, en esta fecha.
Pero, sin embargo, tengo
experiencia superior,
que me ayuda y que mantengo,
que engrandece mi interior.
Califico mis vivencias,
sumamente extraordinarias,
en cuanto a las existencias,
que son largas, no precarias.
Bastante me congratulo,
por mi extensa madurez,
ni, siquiera, disimulo,
la que me dio la vejez.
Me dio vida, sensaciones
intensas, innumerables,
por las muchas situaciones,
realmente, irrenobables.
Esta alegre sintonía,
ha engrandecido mi mente
y me conduce a una vía,
estupenda, es excelente.
Por eso, ahora, camino.
sumamente agradecida
a ese favor, a mi sino,
que da gracias a la vida.

Perder, ganar.

Si dejar de ser y fui,
parece un inconveniente,
no voy a decir que si,
fue algo intrascendente.
Una simple mutación,
en el psiquis de valores,
es dar a la transición
otra gama de colores.
Si es por la edad, madurar,
ya que el tiempo transcurrió,
no es ni perder, ni ganar,
es lo que el reloj marcó.
Se pierde en movilidad,
por algunas condiciones
y, en cambio, en seguridad
se gana, por deducciones
de las enormes vivencias,
que dan fruto en el "inpas",
de las muchas sugerencias,
que envuelven ese compás.

A Lord.

Me encontré con un perro en mi camino,
de una innata belleza, inteligente,
piropeado por toda la gente,
pastor belga, de pedigrí ladino.

Hace honor al lugar de donde vino,
de su magia visión, siempre presente
y su mágica estampa, sorprendente,
de pelo azabache, tunecino.

Jamás, fuera un can de mi agrado.
Por el miedo, me resistía a tocarlo,
hasta que llegó Lord, mi bien amado.

Hoy, me entusiasma abrazarlo,
me congratulo por estar a su lado.
Para vuestro placer, voy a mostrarlo.

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