Intentemos reir, mientras podamos,
siempre que el corazón este contento,
mientras el llanto no nuble los ojos,
siempre que estén contentos.
Cuando hagan por ti lo que deseas,
sin tener que pedirlo con palabras,
solamente, porque leen en tus ojos
una simple plegaria.
Siempre que, con placer, haces entrega
de un algo, que atesoras con amor
y agradecen tu forma de entregarlo,
con todo el corazón.
Cuando sientas que, con una caricia,
haces feliz a la persona amada,
que vibra, que se siente agradecida,
aunque siga callada.
Si enmudeces en la contemplación
de un bello atardecer, lleno de calma
y ves como se llena de ternura
toda tu alma.
Si ves que tu presencia es acogida
con agrado, con caras sonrientes
y te sientes querida y respetada,
entre todas las gentes.
Y si, rememorando tu pasado,
tu pensamiento queda retenido
en un pasaje que feliz viviste,
con un ser muy querido.
En resumidas cuentas, si procuras
ser fiel a los demás y a tu sentir,
intentando orillar lo negativo,
podrás reir.
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