Envuelta en una nube pasajera,
supe vagar por ignotos parajes.
Extenso recorrido en mis viajes,
en la hermosa estación de primavera.
Mi cuerpo alado, en la quimera
de extraños elementos y engranajes,
cubierto de inmejorables encajes,
me arropaban, fuera a donde fuera.
El espacio y el viento me abrumaban,
como lo hicieron árboles gigantes,
que con sus largas ramas, me rozaban.
El color de las flores, reflectantes,
con sus vivoes colorea, me cegaban.
Todo acabó en breves instantes.
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