El transcurso de unos días, junto al mar,
en esa playa, dorada y preciosa,
sedaron, con su luz esplendorosa,
todos mis contratiempos, a la par.
El elixir del aire, al respirar,
la alfombra interminable, arenosa,
junto a su zona, altamente rocosa,,
me hicieron, por supuesto, disfrutar.
Los años, no contaron esos días.
Me sentí joven, con ganas de reír,
de caminar, sin necesitar guías.
El silencio, me ayudaba a seguir,
otras pautas, distintas a otros días.
Me sentí libre, con deseos de vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario