Mi pasado, fue largo e inmenso,
repleto de vivencias, ordenadas,
todas ellas, en cajas, bien guardadas,
con sabor agridulce e intenso.
El presente, fugaz, como el incienso,
efímero, de dudas no aclaradas,
versátiles, ni siquiera ordenadas,
por recién incluidas en su censo.
El futuro, no debo mencionarlo,
porque ignoro tiempo y caducidad,
aunque, desearía averiguarlo.
Lo preveo por los años, la edad.
Lo que si sé, es que debo encauzarlo,
dentro de una mejor ancianidad.
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