Aquellos días, que, en el campo, viví,
rodeada de flores, en el prado,
me sentía tan feliz, a tu lado,
que mi amor, por entonces, descubrí.
Ese algo, extraordinario, que sentí,
lo tuve, en mi alma, muy callado,
por temor de que fuera aflorado
y te alejaras, entonces, de mi.
Ingenua, en aquel tiempo, mi postura.
No supe averiguar tus sentimientos.
¡Era tan juvenil, tan insegura!
Eran tan aniñados mis cimientos,
que tuve que esperar, en mi andadura,
aquel beso...., repleto de dulzura.
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